viernes, agosto 11, 2006

DONDE SIEMPRE SON LAS DOCE

Mañana es 12 de agosto y mi beba cumple ocho meses, yo 34 años y dos meses y mi mujer XX y un mes.
La guerra nació exactamente el mismo día que mí mujer pero XX años después.
Eso no quiere decir que mi compañera sea una guerrera ni que la guerra tenga rulos pero en esta última época el 12 tiene un significado especial para mí.
Alma nació el 12 de diciembre y vivimos en un piso 2, departamento 6. La multiplicación de piso por vivienda da 12.
Doce son las tribus de Israel y 12 años se cumplen desde la AMIA. La misma cantidad de años que estoy junto a Marina.
Este es el año 2006 y si se multiplican los extremos también da doce.
Doce meses se cumplieron la semana pasada desde que visitamos Buenos Aires la última vez y en una hora más se cumplirán doce horas desde que me levanté.

Hace 48 horas (4 + 8 = 12) Israel decidió ampliar las operaciones en el Líbano luego de que así lo aprobaran el primer ministro y Defensa.
Se dijo que no se iba a tardar mucho en aplicar la expansión militar pero se declaró que se daría una “oportunidad” a la diplomacia para ver qué pasaba.
Hubo idas y vueltas con un borrador del Consejo de Seguridad de la ONU que sí, que no, que caiga un chaparrón de sangre.
Ampliar la ofensiva es para Israel llegar hasta el río Litani e ir barriendo a Hezbollah a la vez de forzar al Líbano a que desentierre los uniformes y despliegue a sus soldados oficiales en el sur del país.

Hablando del río Litani creo que lo único “bueno” que tienen las guerras son las lecciones de geografía gratuitas que nos dan.
Con las años conocí los nombres y ubicaciones de Puerto Argentino, varias regiones de la ex Yugoslavia, Chechenia, Kandahar, el Litani...
Así como el fútbol me metió nombres como Goiania y Trigoria ahora el Litani ya no se borrará de mi cerebro nunca más.
Pase lo que pase quedará como el signo de la guerra que me tocó vivir a kilómetros del frente pero a segundos de la crisis.

El mudo le dice al sordo

Discutí con alguien que me decía que era fácil vivir la guerra en Tel Aviv. Le dije que si bien lo que pasaba aquí no era comparable con lo que sufren los del norte, esta era la primera guerra en la que me encontraba en ella. Y encima con una bebita.
Empezaron a aparecer situaciones de falsa subrogación y de comparaciones morales acerca de lo que le toca a cada uno.
Me callo más de lo que digo para no caer en la ofensa o en la argumentación falaz. Uno puede torcer cierta curva haciendo o dejando de hacer pero no por eso se convierte en el as del destino propio o ajeno al que hay que aplaudir hasta sacar llagas en las palmas.
Con el criterio de que no se puede comprender algo si no se lo vive en carne propia, nadie podría condenar la guerra sin ser un sobreviviente.
No podría describir si un partido fue bueno o no por no haberlo jugado o si Goicoetxea fue un criminal a sueldo cuando quebró a Maradona en el Barcelona porque no me castigó a mí o porque no fui yo quien lo operó a Dieguito.
Pobres de los poetas y los escritores porque con metáforas e hipérboles describen lo real y lo metafísico.

El papel de la bomba

Cuando tengo un rato prendo la televisión para ver imágenes de lo que pasa en el Líbano. Entre tanta cobertura a veces alguien muestra algo distinto.
Uno de esos momentos interesantes fue un informe que narraba cómo es un día de trabajo de los diseñadores de las octavillas que los aviones israelíes suelen lanzar en las ciudades libanesas tiempo antes de bombardear.
Un caso era el de una mina que se levantaba, desayunaba, se tomaba el colectivo y bajaba en un lugar donde la recogía un coche militar y la llevaba a Inteligencia.
Allí, se preparaba un café, grafito y canson y a dibujar.
Primero una cabeza, luego un cuerpo regordete, los brazos, la cara, la barba, el turbante, los anteojos y dos alas de halcón: un Nasrala made in Ejército israelí.
Una leyenda en árabe que, según tradujeron, rezaba: “Es Nasrala quien los pone en peligro. Es el que causa el terror”.
Mostraron varios modelos de panfletos y todos, obviamente, le daban con todo al capo de Hezbollah.
Después mostraron la lluvia de papelitos ilustrados sobre Beirut. Qué terror estar en un lugar y que caigan volantes que digan que hay que evacuar porque se vienen las bombas y que encima vengan con dibujitos.

Gracias a Ezequiel Soyetico, lector de este diario, visité el sitio www.nasralla.co.il donde hay varios juegos simples en los que el objetivo común es eliminar al jeque más famoso.
Entré, jugué y en por lo menos dos juegos no muere nunca Nasrala. Le pegué con una pesa, patadas, guantes de box, le tiré con todo y los juegos no terminaron.
El domingo, acá es como el lunes de occidente, voy a ir a comprar un mouse porque lo gasté dándole y dándole.
Me voy a comer pensando en que me queda un sólo día del fin de semana que intentaré pasar en la playa con mi mundito, en el verano con menos playa para mí en los últimos, ja ja ja, doce años (me salió de orto).

Segunda parte del texto de Meir Shalev:

Porqué ganaremos en última instancia.

Ganaremos en última instancia porque hemos aprendido que la sociedad israelí es más fuerte y lista que sus líderes políticos y militares.

Ganaremos en última instancia porque hemos aprendido que no sólo basta la fuerza.

Ganaremos en última instancia porque hemos aprendido que detrás del sentimentalismo de nuestros líderes, los eslóganes y la auto-persuasión hay un vacuo vacío.

Ganaremos en última instancia porque hemos aprendido que no hay una victoria final y decisiva.

12 Comments:

At 8:08 p.m., Anonymous Anónimo said...

El mes de Alma es el 12 también...
Yo nací un 10, pero del 2 y a minutos de las 12 del 1/2 día. (caramba!)

Impresionante, Man...

Se rumorea que en Havanna, además de estudios de mercado y esas huevadas están asesorados al respecto. (Por qué cajas 12 alfajores , bolsas de 12 Havannets, y no de 10, eh?)

 
At 8:44 p.m., Blogger Daniela Magnone said...

Mariano:
Ante todo, graciá vo´!
Ayer se emitió el primer programa del ciclo que conduce el acelerado que se hace el gracioso que te decía: “¿Qué parte no entendiste, negro?”.
http://delmedio.blogspot.com/2006/08/periodismo-humorstico-o-periodismo-en_11.html
Hizo en el campo de refugiados montado en las playas de Tel Aviv, ahí comentaron que la estructura esta financiada por un tipo que se hizo unos manguitos contrabandeando diamantes (¿y armas?) Decían que este señor que tiene pedido de captura internacional pone todos los días mediopaloverde por día para ayudar a los refugiados del norte que miraban películas como Munich, jugaban al tejo cómo en Miramar. ¿Sabes algo sobre este filántropo? Se dice algo de eso por allá?

Es posible que el lunes no hayan más post sobre la guerra? Por acá dicen que sí.

 
At 11:35 p.m., Anonymous Anónimo said...

Exelente los dos de Meier. Lo del 12 me hace acordar a aqeullos que quieren hacer coincidir las medidas de la piramide de Keops con medidas y otras yerbas astronomicas o terrestres, usan codos simples y si noles da usan codos reales, pulgares simples , reales y que se yo cuanto hasta que consiguen identificar que coincide con algo, no importa en que unidad de medida.Q' patetico lo de los fabricantes de octavillas , para quein trabajan , para el Hezbollah?. Ruben

 
At 11:41 p.m., Anonymous Anónimo said...

Goiania, tiene otro recuerdo mas duro que el Futbol y casi tanto como la guerra que se vive por alla, 34 muertos y ciento y pico de contaminados con material radioactivo dejados en un hospital abndonado. por alla por 1986 mas o menos

 
At 2:44 a.m., Anonymous Anónimo said...

Esa teoria de que no se puede comprender lo que no se ha vivido en carne propia es muy argentina. Muy de los que juran que ningun extranjero podria entender al peronismo. Y de los mismos que se creen que si no vivis en BsAs, a pesar de ser argento y de haberte criado ahi y vivido siempre, y estas en el extranjero no entendes nada de lo que pasa en Argentina. O sea, si te fuiste perdiste. Porque no vas a cazar una al volver. Son boludos, bah.

 
At 8:59 a.m., Blogger Mariano Man said...

Hola Rubén,

Lo de hacer coincidir el doce fue un juego, nada más.
No intenté decir, por ejemplo, que 1 + 2 = 3 (mi hija, mi mujer y yo; o mi padre mi madre y yo; o el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo).
Forzar los recursos, a veces, es muy entretenido.
Lo de Goiania es cierto pero yo la conocí gracias al fóbal.
Un abrazo y nos vemos en La Paz (entre Israel y el Líbano).

Mariano

 
At 9:01 a.m., Blogger Mariano Man said...

Bien Lady, siempre aconsejando desde el lado claro.
Sabés qué bien me vendría un Havanna...

 
At 9:09 a.m., Blogger Mariano Man said...

Hola Soyetico,

Si digo soviético como un holgazán, de mi boca sale soyetico. ¿Hay conexión?
Corrijo que lo de las playas con refugiados es en Ashkelon, más bien tirando a cerca de Gaza y no en Tel Aviv.
El tipo es Arkadi Gaydamak, magnate, no tan filántropo, presidente del Betar Jerusalén (el club de la derecha política), es cinto negro de no se qué arte marcial, dispara armas como el Llanero y tiene la cara tallada como las extrañas figuras de la Isla de Pascua.
Pone guita, no sé si por día, je.
Y lava guita, dice la opinión pública y la Justicia.
Y no puede salir del país por este tema.
Respecto a que si el lunes the war is over, no sé, a esta altura puede que sí o que Nasrala tire con todo lo que tiene como recurso de último momento.
Sólo digo que ojalá.
Un abrazo

Mariano

 
At 9:10 a.m., Blogger Mariano Man said...

A don Usuario Anónimo,

Compartido el concepto. Muy claro.
Salud

Mariano

 
At 3:09 p.m., Anonymous Anónimo said...

La virtualidad permite tantas cosas, como por ej. haber "chateado" con J, quién me refrescó su aporte de la implementación de cajitas de 6 copetes a la marca de alfajores. (aunque no justificó por qué no 5).

Man, descubriste un misterio del que nadie se hace cargo. Tu hallazgo promete ser tan revolucionario como el de la "Proporción Áurea"... (Siempre te puse fichas, nene).

PD: me quedé perpleja cuando J arranco su chat diciendo "Odio La Paz" -declaración que por estos días podría haber sido utilizado como titular amarillo- pero por suerte en la siguiente linea aclaró (y me dio un ataque de risa, de los que me dan a mí)que se encontraba en Bolivia, y que no le gustaba ni un poco. (permiso J! era muy bueno como para no contarlo)

 
At 8:50 p.m., Anonymous Anónimo said...

Me alegro que comparta el concepto Man. Y que al fin haya decidido romper la unilinealidad de su discurso bloguistico, tal como sugeri. En lo referente a los alfajores Havanna, hace un rato me llamo mi marido, que justo andaba por el vacio Free Shop de Ezeiza, y oyo al pasar que una vendedora le comentaba a la cajera: "Che, el dulce de leche del alfajor, puede ser considerado un gel?"

 
At 4:56 p.m., Blogger Mariano Man said...

Genial el comentario de la vendedora, anónima.
Lady, gracias por las fichas.
¿Para cuando los Havanna?

Mariano

 

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